Casi todos los agüistas al marcharse llevaban algún
regalo para la familia; recuerdos del balneario o de los productos del pueblo,
bien de la huerta o del comercio. Del pueblo los recuerdos que vendían en las
tiendas, Bazar Solís, Bazar Giralda, y otros.
De las huertas predominaban los
pimientos rojos y las alcachofas, que eran muy solicitados tanto aquí como en
los pueblos cercanos. Del comercio las morcillas siempre tuvieron mucha aceptación, así como otros productos de
la matanza. Pero lo que verdaderamente deseaban llevarse eran… las magdalenas
de Robles o de Peña, gustaban a todos.
Una clienta del hotel que se marchaba
para Sevilla, encargó... ¡¡36 docenas!!,
Quien
tenía que traérselas quedó extrañado al oír la cantidad y preguntó si había oído bien. La clienta le
confirmó la cantidad y le dio una explicación, tenía muchos hijos, hijas y
nietos, y las magdalenas eran para repartirlas entre ellos.
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