Todas las infraestructuras citadas anteriormente representaron un importante desembolso en inversión, y en aquel entonces, y menos en el caso de Don Eduardo, no se hacían las inversiones sin un buen plan de futuro. Y para asegurar ese futuro, el mismo año de la venta al Senador del Reino, por orden de 3 de agosto de 1883, las aguas del Balneario fueron declaradas de utilidad pública.
En las exposiciones se otorgaban medallas y galardones para que las empresas pudiesen añadir un elemento de prestigio en sus etiquetas |
Originalmente prescritas para ser bebidas, en 1893 se añadió el uso terapeutico de las aguas en forma de baños y duchas. La temporada de funcionamiento del Balneario se estableció, en 1902, desde el 1 de abril al 30 de noviembre. Este intervalo de actividad se mantendría, quincena arriba, quincena abajo, hasta el cese de actividad del Balneario.
Las tarifas de uso de las aguas eran, en 1902:
Baño de agua mineral............................................... 2.00 pesetas
Baño de agua natural................................................ 1.25 pesetas
Baño de agua natural................................................ 1.25 pesetas
Ducha de agua mineral............................................. 1.50 pesetas
Ducha de agua natural.............................................. 1.00 pesetas
Ducha escocesa de agua natural............................... 1.50 pesetas
Ducha escocesa de agua mineral.............................. 2.00 pesetas
Baño de asiento de agua mineral.............................. 1.50 pesetas
Ducha de agua natural.............................................. 1.00 pesetas
Ducha escocesa de agua natural............................... 1.50 pesetas
Ducha escocesa de agua mineral.............................. 2.00 pesetas
Baño de asiento de agua mineral.............................. 1.50 pesetas
Pulverización de agua mineral.................................. 1.25 pesetas
Servicio completo de ropa caliente........................... 0.50 pesetas
Bebida de agua al pie de las fuentes (temporada).... 20.00 pesetas
Por una razón o por otra, los baños y duchas dejaron de aplicarse, y ya no aparecían en la tarifa de precios de 1930, en la que el precio por temporada de bebida en el manantial había subido a 30 pesetas.
Estas cifras pueden no parecer mucho para una persona de hoy, pero en aquel entonces eran una desembolso importante para según que personas. Y sin embargo, mas y mas agüistas acudían todos los años. ¿Por qué?. Simplemente porque funcionaban. En una época en que no existían los medios hospitalarios y farmaceuticos actuales, cuando las recetas magistrales preparadas en las boticas de las farmacias estaban a la orden del día, los efectos de las aguas del Balneario representaron la mejora y alivio de las enfermedades de un sinnúmero de pacientes que ayudaron a expandir el prestigio del mismo a través de sus testimonios y, sobre todo, de su recuperación.
Las principales indicaciones de las aguas fueron para aquellas enfermedades renales y hepáticas como nefritis, litiasis, colecistitis e hipertensión. Algunas enfermedades mejoraban notablemente con el consumo de las aguas, como las anemias, gracias al hierro que contienen los manantiales, y otras, como dispepsias, celoesterinemias o diabetes, mejoraban probablemente mas por el estilo de vida sano que acompañaba a la actividad del agüista, que por ninguna propiedad extraordinaria de las mismas.
En cualquier caso, la fama que fue acumulando en aquellos primeros años de funcionamiento representó que un flujo cada vez mayor de forasteros acudiese a la localidad año tras año. El Balneario, y Marmolejo con él, empezó a convertirse en un lugar conocido a nivel nacional e internacional.
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