En los años 50-60, en el mes de octubre se celebraba el "Dia del Agüista", y un cliente
de Tánger, que tendría que celebrar algún acontecimiento por aquellas fechas, mandaba
traer desde Córdoba un grupo flamenco, cantaores, guitarristas y palmeros.
Al termino de la cena se juntaban todos los clientes en el salón y en un tablado improvisado actuaban hasta altas horas de la noche, con la complacencia y agrado de todos.
Al termino de la cena se juntaban todos los clientes en el salón y en un tablado improvisado actuaban hasta altas horas de la noche, con la complacencia y agrado de todos.
También en aquellos años, que con licencia de la
dirección del hotel, por la noche después de la cena, un prestidigitador
montaba sus números de magia en el salón, algunos con la participación de los
clientes.
Estos
consistían, entre otros, mostrar al público unas hojas de periódico, romperlas
a la vista de todos doblarlas muchas veces y puestos en la palma de la mano
cerrar esta y al abrirla las hojas de
periódico aparecían otra vez enteras.
Otro consistía en ir metiéndose en la
boca diez o doce hojas de afeitar, a continuación un hilo de un metro de
longitud, beber un poco de agua y estirar de un cabo de hilo que le aparecía en
la boca y detrás iban saliendo ensartadas todas las hojas de afeitar.
O adivinar
la carta que un señor o señora cogía de una baraja, y así numerosos números de
magia. Al final de la velada pasaba una bandeja entre los asistentes, que
tenían una noche entretenida.
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