miércoles, 30 de julio de 2014

10.- La agonía

Es la década de los noventa, y la Sociedad creada en 1903 por los herederos de León y Llerena, cargada de deudas, ha tenido que vender su patrimonio otra empresa. Comienza así una década aciaga y funesta. El Gran Hotel es vendido y cerrado completamente durante unos años "por reformas". El número de agüistas se reduce casi hasta desaparecer. Los pocos que siguen acudiendo se quejan, año tras año, de la mala calidad del servicio que reciben ahora en el Balneario. Ya ni siquiera pueden tomar las aguas los sábados y domingos porque la empresa explotadora no pone empleados que cubran el servicio en fin de semana. Se llega a cerrar el arco de entrada con una cadena para que no se pueda entrar.

Un ambiente de descuido y ruina empieza a apoderarse del antaño elegante y frondoso parque. La escalinata de la Graillas se llena de maleza y herrumbe. Un día, los pocos agüistas que aún quedan ven con asombro y horror como la empresa explotadora está talando el parque. Arboles centenarios, que no eran árboles secos, caen bajo el hacha voraz y la codicia desmedida de unos especuladores. El estado de deterioro es penoso. Los últimos agüistas se van para no volver.

El domingo 26 de noviembre de 2000, a las ocho y media de la tarde, la noticia corre por el pueblo como reguero de pólvora...

-¡¡Está ardiendo el Balneario!! ¡¡Está ardiendo el Balneario...!!

Multitud de marmolejeños bajan a ver que ocurre. El espectáculo es dantesco. Llamas de veinte metros lo devoran. El clamor es unánime...

-¡Qué lástima de Balneario! ¡Ha terminado con el siglo!


A la mente de todos los habitantes de Marmolejo, y de aquellos que lo vieron en televisión y lo sufrieron por haber estado tomando allí las aguas o acompañando a un familiar, a todos acudieron los recuerdos de un Balneario lleno de personas buscando la salud de sus aguas junto a los tres manantiales. De un pueblo que, durante los meses de temporada veía felizmente cómo se duplicaba el número de habitantes. De hoteles, pensiones y casas de huéspedes al completo de ocupación. Del ir y venir de forasteros en tiendas y comercios eligiendo recuerdos para llevar a la familia. De los bares y terrazas llenos, a la hora del aperitivo y la merienda. De aquellos agüistas que se integraban y formaban parte de la vida del pueblo... 

Todo esto, de lo que se sentía orgullosos el marmolejeño, desaparece. La empresa explotadora cesa la actividad, cierra las instalaciones y los trabajadores pasan a regulación de empleo.

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Últimos días de diciembre de 2000. Un rumor se deja oír cada día mass contínuo. Por fin, el día 21 de diciembre, se reparte un bando del Alcalde que confirma esos rumores.

El Ayuntamiento ha comprado el Balneario.

Extractos del libro "Balneario de Marmolejo, Siglos XIX y XX, Engrandecimiento y Decadencia" por Manuel Méndez González, Padilla Libros, 2001

Se puede encontrar mas información, excelentemente recopilada y presentada en 

http://villademarmolejo.es/

http://lugardemarmolejo.wix.com/marmolejo

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