lunes, 29 de diciembre de 2014

39.- El balneario en otra película

En el año 1969, rodaban en Úbeda “El Monumento”. En la trama hay escenas en un balneario, el más cercano y que se adaptara al guión era el de Marmolejo. Vinieron el productor y el director a conocerlo y pedir permiso a la empresa para rodar las escenas. Manuel Muñoz López, cuenta en su libro “Historia y recuerdos de Marmolejo” la reunión que  mantuvo con ellos en las oficinas.


 Hablando de muchas cosas yo comenté que Manuel Muñoz era el director del Cuadro Artístico Local, esto les agradó mucho y quisieron conocer que obras de teatro habíamos representado, ver fotografías, y demás detalles. Sugirieron que en la película había actores con intervenciones muy cortas, que en vez de traerlos de Madrid, lo podrían hacer algunos del cuadro artístico local. 

Estuvieron de acuerdo y Muñoz quedó en hablar con ellos y si querían, elegir a cuatro. Los cuatro elegidos fuimos: Natalia la mujer de Juan de Dios el fotógrafo, Jerónimo Barragán, Paco Perales y yo. Nuestra actuación fue en Úbeda, Natalia en un parque, Jerónimo de lego en un convento, Paco Perales de guardia urbano y yo de conserje en un casino.


De izquierda a derecha, Manuel Muñoz, dos hijos de Natalia, Analía Gadé, Jeronimo Barragán, Manuel Méndez y Paco Perales


Las escenas que trascurren en el balneario se concretan en ir por la galería el marqués y la pastelera, bajar por las escaleras a Fuente Agria y el marqués le ofrece a la pastelera un vaso de agua, todo esto mientras dialogan. 




Las  escenas del parque infantil, no son en el de aquí. Muchas personas bajaron al balneario a ver el rodaje y como se repetían mucho las escenas y el dialogo, acabaron por aprendérselo como los actores.

Cuando de proyectó la película en el cine del pueblo, hay una escena en la que el marqués y a la pastelera van por la galería del balneario hacia los manantiales, él le pregunta.., 



<<¿Por qué te has quedado en este pueblo asqueroso...?>>

en la sala sonaron silbidos y abucheos, algunos espectadores se sentirían ofendidos por interpretar, que al estar en el balneario, el pueblo al que se refería, era Marmolejo.

        Con respecto a nuestros emolumentos, Muñoz cerró con la producción lo que íbamos a percibir. Mi parte  consistía en descolgar un teléfono y decir cuatro palabras “Avisa al señor presidente” 




Por estas palabras recibí 4.000 pesetas de la época. Teniendo en cuenta que viajamos a gastos pagados, considero que a 1.000 pesetas la palabra me convertía en el actor mejor pagado del cine español de aquel momento. 




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