martes, 31 de marzo de 2015

55.- El carro cuba que se despeñó.

Por el año 1940, en el pueblo aún no habían instalado el agua potable ni el alcantarillado, por lo que el suministro de agua dulce, lo hacían desde distintas fuentes los carros cuba, recorriendo todas las calles del pueblo vendiendo el agua a un tanto el cántaro.

Carro cuba similar a los que hubo en Marmolejo
Se surtían de la Fuente de los Carros, Fuente Olid, y otras. En el pueblo muchas casas tenían pozos en los que el agua era dulce, de los que se servían para las necesidades domésticas. 

Carro cuba por la Plaza de la Constitución, en la década de los 40 (Fuente: https://www.flickr.com/photos/josandres82/with/4857322566/)
Otra imagen, posiblemente anterior, del carro cuba frente al Casino
La Fuente de los Carros está saliendo del puente a la derecha, en el tramo de carretera hasta la antigua central eléctrica, excavada en el muro de pizarra con aspecto de pared de donde sale un grifo que servía para llenar los carros cuba.

Ocurrió que un día, estando en el muro de Fuente San Luis bastantes personas y yo también, aún niño, escuchamos un gran tropel que procedía de final del puente. Todos miramos allí y vimos saliendo de él y girando a la derecha un carro cuba que iría a llenar en la citada Fuente de los Carros. Algo le ocurriría al mulo, pues iba mucho mas rápido de lo normal, y el carrero corría tras él sin poder controlarlo. En aquellos años esa carretera no tenía en la parte que da al río las protecciones de ahora, y en un momento dado la rueda derecha se salió de la calzada y el carro empezó a deslizarse pendiente abajo arrastrando al mulo hacia el río.
El lugar donde ocurrieron los hechos se encontraba mas o menos en la franja de terreno descubierto, junto a las dos protecciones blancas junto al puente...
(Fuente: https://www.flickr.com/photos/josandres82/with/4857322566/)
Todos los que estábamos presenciando el hecho nos quedamos impresionados de ver como el carro iba cayendo hacia el río mientras el pobre animal intentaba desesperado agarrarse con las patas al terreno, hasta que finalmente cayeron al agua. Por suerte para para el mulo la cuba estaba todavía vacía, por lo que carro y mulo flotaron corriente abajo hasta que las grandes ruedas tocaron fondo en una zona de poca profundidad cerca de donde ahora está la "Fuente de los Socialistas", y pudieron rescatarlos.

A los pocos años llegó al pueblo la primera acometida de agua potable desde el río Jándula, pero sólo hasta el Paseo, donde se estaba construyendo el depósito de copa y aún no se había iniciado la instalación por el pueblo. 
Con el depósito de copa al fondo, en construcción, un carro cuba llenando, y una mujer esperando con su cántaro al ijar. 
El paseo finalizaba entonces donde hoy está el templete de la música, donde había un pozo con su caseta y una pequeña alberca detrás. Ahí pusieron un grifo para llenar los carros cuba y otro aparte para llenar los cantaros a las mujeres que iban hasta allí con el suyo y donde pagaban unos y otras al cobrador, un empleado del ayuntamiento.


martes, 24 de marzo de 2015

54.- Recuerdos del Hotel III

Tras la guerra, con ocho años,  vi que el Gran Hotel había quedado totalmente destrozado, no tenía puertas, ni ventanas, ni los marcos de ellas, todo lo habían quemado.  Durante la guerra había sido, primero, Hospital Militar, y después sede del 308 Batallón y, al marcharse los soldados, lo habían saqueado y destrozado todo.

Muchas veces me iba a jugar con los amigos a las ruinas del Hotel. Nosotros, los niños, lo andábamos todo, desde los sótanos a la azotea. En la pared de una habitación de la planta baja, en la parte trasera del hotel, algún militar había dibujado a lápiz un barco de guerra, (que era barco de guerra lo supe después, pues yo no había visto ninguno)
Este modelo es el mas parecido que he encontrado a aquel que recuerdo.
 Lo recuerdo perfectamente por las muchas veces que fui a verlo, y desde la perspectiva de hoy (con 83 años) comparado con los de la época, quién lo dibujó debía tener conocimientos navales por los detalles del casco, chimeneas, cañones, mástiles y todo el conjunto, o bien era un excelente dibujante, con una memoria extraordinaria y arte para plasmar esos recuerdos. Años más tarde, en la reconstrucción del hotel, esa obra de arte desapareció.

martes, 17 de marzo de 2015

53.- Recuerdos del Hotel II

Otro recuerdo me lleva a la Nochebuena de 1936. Esa noche mandaron evacuar el pueblo. Dejamos el hotel y nos fuimos a la casa en la calle Arroyo, a esperar a otros familiares y a un camión en el que nos iríamos.

Cómo se graban los recuerdos cuando, teniendo cinco años, sabes que pasa algo que no es lo normal de cada día y que no comprendes, pero lo ves reflejado en tus padres, hermanas, familiares y en el ambiente. Recuerdo que esperando el camión, llegaron a la casa unos hombres con monos azules, gorros en la cabeza y fusiles en las manos, apremiando a irnos inmediatamente, pues los fascistas estaban al llegar. Al poco llegó el camión, cargaron las pocas pertenencias que pudieron reunir y allí se quedó todo lo demás.

Salimos por la carretera hacia Andújar, y al ir subidos en la caja, detrás de la cabina, veíamos todo lo que había delante iluminado por los faros. Recuerdo ver a muchas personas andando cargados con bultos, carros con colchones y otros enseres, mulos y borricos igualmente cargados de cosas, y sobre todo hombres, mujeres y niños andando. 

Nuestro primer destino era una casería por el arroyo Escobar, al llegar no la encontraron y había que esperar a que amaneciera. La noche era muy fría, alguien con un hacha empezó a cortar ramos de olivo para hacer una candela, y alrededor de ella pasamos la Nochbuena. Ya de día vieron la casería, estuvimos allí unos días y continuamos a nuestro destino, que era Ventas de Cárdenas, en Despeñaperros, donde pasamos toda la guerra. 

En la Navidad de 2014, 78 años después, delante de casa de Venta de Cárdenas donde pasamos toda la guerra, que se conserva casi igual que estaba
Terminada ésta, volvimos al pueblo andando, trasladando las pertenencias en un carro, que alguien alquilaría, salimos de Ventas de Cárdenas por la mañana, pernoctamos en Bailén en una posada y llegamos a Marmolejo al día siguiente, ya de noche. En los tres años en Ventas de Cárdenas, nos alumbrábamos con carburos, y llegar al pueblo y ver de trecho en trecho, bombillas que alumbraban la calle, y que igual las había dentro de las casas, esto me llamó mucho la atención.

martes, 10 de marzo de 2015

52.- Recuerdos del hotel I

De mi niñez tengo muchos recuerdos, de los que voy a contar tres relacionados con el hotel.

En este primer recuerdo retrocederé hasta cuando comenzó la Guerra  Civil (1936). Entonces tenía sólo cinco años, pero el suceso fue lo bastante impresionante para que se me quedase grabado en la memoria.

Un día estábamos mi madre y yo la cocina del Gran Hotel, que estaba en el sótano. Ella me estaba haciendo chocolate en un cazo, pero antes de que empezara a hervir oímos una gran explosión, y después otra. Mi madre me cogió de la mano y a toda prisa me llevó a lo más seguro del sótano, y mientras me llevaba yo no perdía de vista el cazo con el chocolate que se quedaba en el fuego, mi atención estaba solo en él. 

Las explosiones se debían a los impactos, en la fachada posterior del hotel, de los proyectiles de los cañones que disparaban desde Lopera. Tras recibir varios impactos más, el hotel quedó silencioso. Cuando volvimos a la cocina, el cazo y el chocolate estaban como un chicharrón.

Fachada posterior del Gran Hotel. Buen blanco para los cañones desde Lopera

martes, 3 de marzo de 2015

51.- Marmolejo. Un Tesoro de Salud

Canal Sur Televisión produjo en 1990 la serie “Balnearios Andaluces” dedicándole un capítulo a cada uno de sus muchos balnearios. El de Marmolejo lo tituló “Un tesoro de Salud”.


Serie muy bien producida y documentada. Hace un recorrido por la historia de Marmolejo, desde la romana Utica, cuyo toponímico recuerda la patria de Catón el Joven, a la actualidad.

 Del pueblo se recrea, con bellas imágenes, haciendo un canto a la limpieza de sus calles, la blancura de sus casas, el cuidado de zaguanes y viviendas, y el jardín de sus patios. Iglesia parroquial, imágenes del retablo, diciendo su procedencia y de la copia del cuadro del descendimiento del pintor Pedro Pablo Rubems, donado por un agüista.  Elogia la presencia, por muchos años, de una raza fina, culta y civilizada, y diciendo que desde 1889 en que se publicó la novela La Hermana San Sulpicio, el pueblo no ha perdido su vigencia a pesar de haber pasado un siglo. 

 Del balneario y sus aguas minero-medicinales, sobre imágenes de agüistas tomando las aguas en la galería, parque y planta de envasado, hace mención de los estudios que sobre ellas se han hecho en tiempos pasados, propiedades curativas, hoteles, pensiones, casas particulares, visitantes ilustres, artesanos… 

Al final y como recorrido turístico; la vecina ciudad de Andújar, el Santuario, cuadro de la Oración del Huerto del Greco, en la iglesia de Santa María y la sierra como Parque Natural; Porcuna, con su torre de Boabdil  y en Lopera, su iglesia con pinturas de Julio Romero de Torres.  

Antes de finalizar, no puedo menos que agradecer a la Directora de MEMORANDA, el archivo web de CANAL SUR, su amabilidad a la hora de buscar y localizar estos documentos. Sin su ayuda y empeño no podríamos incluirlos en este post.

Se puede ver la primera parte en:

www.youtube.com/watch?4=84H4CMQtH6U

Y la segunda parte en:

www.youtube.com/watch?4=oTKWIuCH9EY