viernes, 5 de diciembre de 2014

29.- Mayito

Por aquellos años se hospedó en el hotel un señor muy religioso, comedido, educado y respetuoso con las buenas costumbres y modales, que tenía un perro llamado “Mayito”. Por las mañanas, después del desayuno, lo sacaba a pasear por delante de la terraza del hotel hasta el final del jardín, iba y venía. En una de éstas, al pasar por la puerta de entrada de vehículos coincidió que por la carretera pasó una perra. 

Mayito, que debía tener muy buen olfato, dio un tirón súbito de la correa, soltándose de su dueño y echando a correr hacia la perra que, al verlo venir, salió huyendo hacia las tierras que había enfrente del hotel. El dueño del perro salió corriendo tras de él, llamándolo “¡¡¡Mayito, Mayito…!!!. Los clientes que estaban en la terraza fueron testigos entre atónitos y divertidos del espectáculo, e incluso en pié asistieron a él hasta que Mayito consiguió su propósito. 

El pobre señor tuvo que esperar a que Mayito cumpliera con sus deberes de reproducción, sabiendo a todos los clientes en la terraza pendientes de los tres. Cuando consiguió coger a Mayito, sin decir palabra ni levantar la vista del suelo subió a la habitación, hizo el equipaje, pagó la cuenta y se marchó. No sé si volvió a venir alguna vez...

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