martes, 9 de diciembre de 2014

30.- Botones gallego

En los mismos años, los nuevos arrendatarios del hotel trajeron de Sevilla a un empleado gallego, para botones y mandadero, como se decía entonces.  Era de esas personas que por mucho tiempo que pasen fuera de su región, no pierde su forma de hablar ni su acento.  

A pesar de que llevaba bastantes años en Sevilla, era dificilísimo entenderlo. De vez en cuando iba a Galicia a visitar a la familia. Poco se le entendía antes de ir, pero lo que era al volver, no había manera de cogerle palabra. Su pueblo natal pertenecía al Ayuntamiento de Mondariz, y muchos le preguntaban cómo se pronunciaba, si Mondariz o Mondáriz. 

El siempre contestaba lo mismo con cierta irritación y un marcadísimo acento gallego:

 “¡¡Mondariz será Mondáriz cuando la nariz sea náriz...!!” 

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