jueves, 27 de noviembre de 2014

26.- Simbiosis

En “Villa de Marmolejo” está la descripción que hizo de los jardines del balneario el periodista de ABC Luís Royo Villanova para el semanario Blanco y Negro en 1894. En 1990 aún quedaba algo de aquello, muy poco, pero en lo que fue el parque infantil subsistían algunos ejemplares.


Uno de ellos era un plátano de indias, que  hacia esquina con el paseo en que estaba el edificio que fue cuadra de las caballerías de los tranvías. Este árbol que tendría una altura de 25  metros por lo menos y llevaba muchos años  en simbiosis con un rosal trepador de pitiminí y una hiedra. Gustaba ver como tres especies distintas ocupaban un mismo espacio en relación estrecha y persistente. Al llegar la primavera y florecer el rosal todo él cambiaba a amarillo, después predominaba el verde de la hiedra y en las alturas las hojas del plátano.

Y a estos también le llegó su fin. Los dirigentes de las últimas empresas que explotaban el balneario, decidieron construir dos nuevas naves a continuación de las existentes en dirección al camino de ganado, cortando en dos el parque. Solicitaron al Ayuntamiento permiso para cortar árboles secos, sin decir en que parte del parque, y se lo concedieron.

Las nuevas naves ocuparían el sitio que tenía el parque infantil y arboleda próxima. Los “árboles secos” que talaron fueron frondosos plátanos de indias -incluido el de simbiosis-, sóforas, papeleros, aligustres, naranjos, rosales, arriates y setos. Se salvaron dos palmeras, una llorona y otra majestad. Ambas fueron regaladas al Ayuntamiento para los jardines municipales.

Paradójicamente el Ayuntamiento tuvo a bien expresar su agradecimiento por ese regalo, sin embargo nadie dentro de la corporación municipal se tomó la molestia de supervisar y controlar lo que sin duda fue un gran crimen contra la biodiversidad y riqueza forestal del balneario.

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